La Denuncia Falsa

Desde que Garberí Penal iniciara su andadura hasta la actualidad, el asesoramiento legal prestado en el marco de un procedimiento penal por parte de los profesionales y abogados penalistas que conforman nuestro despacho ha estado marcado por un amplio ratio de éxito y un pormenorizado e individualizado análisis de cada uno de los casos que se nos han asignado, incluyendo casos que parten con una denuncia falsa.

No obstante, por cada absolución de cada uno de nuestros representados, ya sea en forma de sentencia absolutoria o resolución de archivo y sobreseimiento provisional acordada de forma anticipada, nuestros propios clientes nos formulan la siguiente pregunta: “¿Qué puedo hacer yo ahora para perseguir a quien me ha denunciado falsamente? ¿Cómo puedo conseguir ser resarcido?

A nadie extraña que quien se ha sentido injustamente perseguido, quien se ha visto sometido a la “pena de banquillo” por parte de quien solo perseguía el hostigamiento de una persona y el empleo mendaz de las herramientas que proporciona la Administración de Justicia, posea un arraigado sentimiento de injusticia y quiera verse resarcido. Solo quien ha sido sometido a un procedimiento penal en calidad de investigado puede sentir esa frustración de quien se siente injustamente denunciado.

En este sentido, un primer apunte interesante, y descorazonador, radica en que en el procedimiento penal, a diferencia del civil, rara vez se le impondrán las costas del procedimiento a aquel que ha visto desestimadas sus pretensiones acusatorias. Solo en aquellos casos, según prescribe el artículo 240 de la Ley de Enjuiciamiento Criminal, en que se aprecie “temeridad o mala fe” en el ejercicio de la acción penal resultará procedente la imposición de costas. Dicho en otras palabras, y tirando un poco de exageración, resulta plenamente rentable, al menos en término económicos, el ejercicio de la acción penal toda vez que la persona que, por ejemplo, denuncia haber sido víctima de determinados hechos, acude a la administración de justicia con la tranquilidad asumida de que, incluso para el caso de que “pierda”, no va a ser nunca condenada a los gastos legales y demás costes en que se haya incurrido a resultas de la denuncia interpuesta.

Evidentemente, existe un tipo penal concreto que prevé la tipificación de un delito de denuncia falsa, previsto en el artículo 456 del Código Penal, cuyo tenor literal se reproduce a continuación:

1. Los que, con conocimiento de su falsedad o temerario desprecio hacia la verdad, imputaren a alguna persona hechos que, de ser ciertos, constituirían infracción penal, si esta imputación se hiciera ante funcionario judicial o administrativo que tenga el deber de proceder a su averiguación, serán sancionados:

1.º Con la pena de prisión de seis meses a dos años y multa de doce a veinticuatro meses, si se imputara un delito grave.

2.º Con la pena de multa de doce a veinticuatro meses, si se imputara un delito menos grave.

3.º Con la pena de multa de tres a seis meses, si se imputara un delito leve.

2. No podrá procederse contra el denunciante o acusador sino tras sentencia firme o auto también firme, de sobreseimiento o archivo del Juez o Tribunal que haya conocido de la infracción imputada. Estos mandarán proceder de oficio contra el denunciante o acusador siempre que de la causa principal resulten indicios bastantes de la falsedad de la imputación, sin perjuicio de que el hecho pueda también perseguirse previa denuncia del ofendido.

En este sentido, del mismo modo que hemos expuesto algunas de las graves deficiencias en que incurre la Administración de Justicia, y en la profunda indefensión a la que se ven abocados muchas de las personas que han sido injustamente denunciadas con una denuncia falsa, tributarias de una resolución favorable de sus intereses, también hemos de destacar la importancia fundamental de acudir a un experto abogado penalista a la hora de analizar la viabilidad de perseguir judicialmente a cualquier que nos haya denunciado falsamente.

Si bien se trata de un procedimiento complejo, las posibilidades de éxito en caso de una denuncia falsa aumentarán considerablemente si se cuenta con un experto abogado penalista.